A veces pareciera que Vika es varios gatos a la vez. Eso me gusta mucho de su naturaleza; ellos conviven apaciblemente -casi siempre- con nosotros, y a la vez muestran de manera tajante sus rasgos salvajes. Cuando la veo de lado en modo cacería, con sus patas traseras buscando asidero listas para un salto súbito y enérgico es tan diferente a cuando, mientras me quito los zapatos luego de llegar a casa, permanece echada junto a mis pies enseñándome su pancita, de hecho, toda su zona anterior: desde su quijada hasta el rabito.
Todos los animales tienen sus mecanismos de protección. Sus miembros están dispuestos físicamente para proteger las zonas más vulnerable. Huesos fuertes rodean siempre órganos como el cerebro, el corazón y los pulmones, a la vez que las patas están dotadas de cascos o uñas, y de la suficiente movilidad para la defensa instintiva.
En un medio natural hay una constante pugna entre cazadores y presas, lo que hace que los animales tengan una predisposición al contacto con otros animales. Por ello ganar la confianza de especies como la gatuna, se demuestra en gestos que valen la pena apreciar y valorar.
Una muestra de afecto de los gatos es cuando se echan y te muestran la barriga. Eso indica comodidad y confianza. En esta posición son muy vulnerables ya que sus órganos viscerales están totalmente expuestos. Eso sí, no te fíes ya que no se trata de una invitación a que le sobes y es muy probable que haga una advertencia amistosa con un mordisquito o un zarpacito.
Hay gatos que dejan que les rasques la pancita, hay otros que lo toleran, y otros que lo detestan. Por ello debes acercarte con respeto y tacto para entender si te lo permite y en qué medida. No imponer preferencias por encima de las de ellos es clave en el amor felino.
Esperamos que la lectura te haya gustado; esfuérzate por comprender su naturaleza así podrás suplir sus necesidades. Por favor, comparte y comenta.
Saludos!
The Cat Cave Team