Humano mío, no me comprendes!

Humano mío, no me comprendes!

 

En mi barrio hay varios gatitos semi-callejeros -otros parecen peligrosos pandilleros- que se han establecido en sitios específicos, seguro porque cerca quedan sus casas humanas, o porque alguien les alimenta. En la calle del frente del edificio donde vivo, vive un gato naranja, y otros que pertenecen a una casa donde les dejan salir a disfrutar de la vida urbana. Desde hace un par de meses comencé a oír unas horribles peleas felinas nocturnas propias de una película de Quentin Tarantino.

Un día, luego de chismosear un poco desde el balcón, vi un correteo entre el gato naranja y un gato muy joven, es así que pude deducir que estos eran los responsables de las estrepitosas peleas nocturnas. Las disputas cesaron una noche y al día siguiente pensé “hubo un gaticidio!”. Sin embargo, al pasar por el habitual sitio de estancia del gato naranja, comprobé que el nuevo vecino estaba a no más de un metro de él, y ambos estaban tranquilos. Aunque el “ritual” de bienvenida casi mata al pequeño gato, finalmente el viejo vecino gruñón terminó aceptándolo. 

Gatos de mi barrio    

Los antecesores a los gatos que hoy conocemos eran solitarios especímenes que vagaban hace once millones de años por un inhóspito medio natural en busca de alimento. Primero fue en las estepas asiáticas y luego se diseminó hacia Africa y América del norte. En su milenario camino fueron surgiendo nuevas especies felinas, dentro de ellas, la de nuestros encantadores gatos domesticados. Los felinos llevan consigo un comportamiento que se ha sucedido a lo largo de los años. Sin embargo, nuestros huraños y solitarios mininos debieron ceder y aceptar la convivencia con otras especies como la canina y la humana para estar cerca de las nuevas fuentes de comida que trajeron consigo las técnicas agrícolas y los procesos de urbanización.

Los mininos no siempre son muy dados a socializar. No siempre están cómodos con nuestra presencia, y nos lo hacen saber dulce o agresivamente, dependiendo de su grado domesticación y de estrés. Por eso es importante dejarlos ser, respetar sus límites cuando nos lo imponen. Es muy importante el esfuerzo por entender sus estados de ánimo, y motivarlos al descanso y sobre todo, al juego para que liberen energía y el estrés acumulados y estimular sus destrezas físicas. En el hogar, la convivencia con los gatos debe ser horizontal, y evitando marcar jerarquías sociales. Esto propiciará un buen entorno para mantener el equilibrio anímico de todos sus integrantes.

Nuestros gatitos han aprendido a aceptarnos, sin embargo, es importante pedir la intervención de un experto cuando quieras llevar nuevos miembros a tu familia, sobre todo si son gatos o perros. Hay personas que se han especializado en comportamiento felino y su conocimiento y experiencias ayudarán a evitar conflictos. Documentarte bien y apoyarte en expertos para mejorar el entorno de tu felino contribuirá a la felicidad de tu gato.

En próximas publicaciones de ayudaremos a identificar señales de afecto o advertencias en tu bigotudo felino.

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The Cat Cave Team

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