Siempre pienso en lo afortunados que somos al poder tener tan cerca a una especie (la Felis silvestris catus) con sus rasgos salvajes y a la vez tan compatibles con el ser humano. Ellos están domesticados, y su hábitat puede estar entre nosotros; en otras palabras, podemos cohabitar sin ponerlos en peligro como especie, aunque es verdad que ya tenemos en peligro a todo el planeta viviente. Sin embargo esto no fue así, incluso nuestro hermosos gatitos, sobre todo los negros, pasaron de ser deidades a prófugos de la justicia divina.
El comportamiento de los gatos tal y cómo es hoy, ha perdurado durante cuatro mil años aproximadamente. Las migraciones de los felinitos se hicieron desde el Antiguo Egipto hacia diferentes pueblos de Asia, primeramente, debido a las rutas comerciales marítimas que fueron apareciendo paulatinamente, y por la cuenca del Mediterráneo a través de los imperios griego y romano. Los gatitos viajaban en las caravanas mercantiles vigilando que las provisiones no fueran atacadas por huestes de roedores hambrientos, los cuales serían “detenidos” y ajusticiados por sus propias garritas y colmillitos. Y con ellos no solamente viajó un legado animal que se esparció por Asia y Europa, sino, también viajo un legado simbólico de superstición y afecto.
En el Antiguo Egipto, los gatos ayudaron a controlar plagas como roedores y serpientes venenosas, y poco a poco fueron ganando terreno en la cultura hasta ser considerados importantes en el campo espiritual, haciendo parte del culto por sus habilidades ejercidas en los campos del Nilo. Estas creencias pasaron por los griegos, hasta los romanos, transmitiendo tal respeto espiritual hasta el siglo X d.C. Por ejemplo los Fenicios, y en general los navegantes que cruzaban el Mediterráneo, llevaban gatos en sus barcos y para muchos tripulantes era imprescindible que la embarcación contará con nuestros peluditos.
Durante la primera parte de la Edad Media Europea los gatos convivieron con el ser humano dada su utilidad para proteger las fuentes alimenticias, sin embargo desde la segunda parte de la edad media hasta el siglo XVII, la especie fue objeto de persecuciones por cuenta de creencias religiosas. Luego, poco a poco, los gatos fueron ganando la batalla, forzando una brecha en el corazón de los humanos para quedarse allí dentro y no abandonarnos jamás.
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1 comentario
Muy importante conocer de donde vienen los gatos y porque en todo el mundo tenemos animales tan parecidos!